El Dios Kukulkán es considerado el creador de los Mayas, significativo en su cultura por haberles dado vida y ser crucial en su enorme crecimiento cultural. En el libro sagrado de los mayas llamado Popol Vuh se describe que el dios creador sopló su viento hasta los corazones de los primeros hombres. Por eso creyeron los mayas antiguos que el dios Kukulkán vivía también en ellos.
El dios de la serpiente emplumada era difundido en muchas culturas de Mesoamérica. Está representado en muchas ocasiones con el aire saliendo de su boca confirmando su papel importante en la creación de la vida. Su nariz es larga y chapa, tiene cuerpo de serpiente y está decorado con plumas del ave quetzal y dientes de un Balam (jaguar.)
Siempre se puede ubicar los cuatro elementos en él normalmente representados por maíz (la tierra), un pez (el agua), un buitre (el viento) y un lagarto (el fuego).
Es el dios de los cuatro elementos: viento, agua, fuego y tierra además de su reconocimiento como creador. Se le dan homenaje como el dios de la agricultura, del cultivo y de la cosecha. Está representado como el dios del sol y del trueno. Daba consejos y guía en el tema de la medicina. En los Códices es el dios que más aparece comprobando que se le consideraron un dios héroe.
Cuenta la leyenda que el dios Kukulkán era un hombre real quien vino del mar en la Península de Yucatán para fundar la civilización de los Mayas. Primero se detuvo en Champotón donde se estableció un templo a su honor. Siguió viajando y llego al sitio de Chichen Itzá junto con los itzaes para construir el pueblo. El maravilloso Templo de Kukulkán se le dedica a él. Cuando la paz reinó a Chichen Itzá, siguió su viaje deteniéndose para formar la ciudad de Mayapan.
De allí regresó al mar, lugar de su nacimiento, para poder guiar y enseñar a su pueblo por medio de rezos y plegarias.
Todos los antiguos pueblos de los Mayas incluyen algo de construcción para dar homenaje a este dios. Cada año en los equinoccios y solsticios, efectuaron ceremonias y ritos en honor a Kukulkán para pedirle consejos y abundancia para la nueva temporada.
Kukulkán era tan adorado por los Mayas no solamente porque es el creador de vida, sino porque también vino en de carne y hueso para ser el unificador de los pueblos mayas en tiempos de desacuerdo para hacerlos fuertes y grandiosos.





