Hay muchas opiniones y se ha escrito varios artículos sobre los mayas y su cultura. Mucho de ello proclama una cosa, otros contradicen. Es raro que un escritor reseña el verdadero pensamiento maya representado por el saludo en la lengua maya: In lak’ech – Hala ken (Yo Soy Tú y Tu eres Yo).
Pensamos más evolucionados que las antiguas culturas, creemos ser más inteligentes. Usando términos estudiosos y técnicos, nos engañamos que las culturas pasadas fueron casi cavernícolas. Decimos que los mayas no sabían, no tenían la tecnología que ahora tenemos.
En nuestras mentes la civilización moderna supera a la cultura maya por su iluminación tecnológica y su pensamiento avanzado. Pero nosotros quienes queremos entender más de esta cultura, tenemos que ver la información y buscar la verdad. No nos interesa ver a los mayas como inferiores a nuestra cultura moderna.
Veamos la asombrosa arquitectura, las significativas esculturas, reflexionemos frente a las gigantescas construcciones del mundo maya, y pensemos en la gente quien las diseño. Y admiremos entendiendo que somos testigos de lo que era una gran nación.
Formemos nuestra opinión subjetiva sobre los mayas
Ejemplo número uno es la irregularidad del cráneo. Muchos lo toman como muestra de la evolución de los mayas tomando semejanzas al cráneo de los cavernícolas. Recordamos las esculturas representativas de Buda con un cono en la cabeza que es el símbolo de una espiritualidad. En las esculturas mayas podemos observar una deformación en el cráneo que simboliza el gran conocimiento que tenían sobre el universo.
El universo entero vive en la Mente Cósmica. El rango mental de todos puede extenderse por todo el universo y alcanza incluso las estrellas más alejadas. Como consecuencia de esto, somos capaces de ver, oír y sentir todo lo que está creado.
Por esta razón vemos las estrellas más alejadas. No estamos limitados a un pensamiento sin salir de nuestros cráneos. Alcanzamos a todo el cosmos con nuestro pensamiento incluyendo mundos, soles, personas y animales. Cada humano puede pensar así.
La energía universal fluye y vibra en nuestras mentes tocando todo lo creado. Está el cosmos entero en nuestras mentes. Así que comprendemos que nuestras mentes concurren dentro de otras mentes. Nuestros pensamientos cohabitan los pensamientos de otros, y los suyos residen en los nuestros.
Los problemas que tenemos nosotros tornan en sus pensamientos, sus inquietudes existen en nuestros pensamientos. No podemos estar alejados. Existimos dentro de los pensamientos de otros. Cada persona habita en los pensamientos del otro.
Estamos empapados en la inmensidad que es la mente universal.
